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29 de junio — Lyndon LaRouche fue entrevistado en el programa "Opinión Popular" de Radio 530 AM de Quito, Ecuador, por el conductor Patricio Pillajo.
PATRICIO PILLAJO: Nuestro saludo y nuestra bienvenida a este espacio informativo, señor LaRouche.
LYNDON LAROUCHE: Muchísimas gracias. Muy bien.
PILLAJO: Bien, empezamos entonces con algunos temas relacionados con la política externa, la política internacional. Señor LaRouche, usted ha hecho pública una denuncia sobre un presunto lavado de dinero y soborno del gigante aeroespacial británico BAE Systems, en la que estarían involucrados altos funcionarios del gobierno británico y, también, de los Estados Unidos. La réplica ha tenido lugar esta misma semana a cargo del Washington Post, quien ha hecho un seguimiento de cuatro artículos relacionados con la supuesta participación del vicepresidente Dick Cheney, como arquitecto del asalto contra la Constitución de los Estados Unidos. Esto ha sido calificado por varios medios de comunicación y opinión pública internacional como el "Escándalo del Siglo". ¿Qué va a pasar enmedio de este escándalo, señor LaRouche? ¿Se acabará la hegemonía del señor Cheney y del señor George W. Bush, actual presidente de los Estados Unidos?
LAROUCHE: No son Bush y Cheney. Es Londres, es Blair. Bush no es una persona mentalmente muy capaz que digamos, así que no hay que culparlo mucho respecto a sus intenciones. En efecto, el vicepresidente Cheney es un agente británico, en cuanto a función. Es esencialmente un agente del Gobierno británico y los círculos de Tony Blair, que lanzaron la guerra reciente en Iraq, y representan gente que tiene como meta lo que se llama la "globalización", que significaría el reforzamiento del Imperio Británico, pero de una manera un poco diferente.
Todo esto ocurre en el contexto de dos cosas: guerras que se extienden por el planeta y también un desplome financiero internacional, que son precisamente el tipo de condiciones que conducen a las guerras mundiales más grandes y peligrosas. Esto no es una conspiración menor, o algo por el estilo, sino que es un asunto internacional de la mayor seriedad que requiere que la gente tome partido a nivel internacional sobre este asunto.
Por ejemplo, en el caso del hemisferio occidental, esto toma la forma de algo parecido a lo que ocurrió con la Guerra de las Malvinas en 1982 y, luego, el aplastamiento de la soberanía de México por la misma gente que puso a Augusto Pinochet en poder en Chile. Así es que hemos regresado a las mismas cuestiones pero de una forma nueva.
PILLAJO: ¿Cuáles son los elementos, señor LaRouche, que le llevan a usted a asegurar que se trata de un asunto manejado por ciertos sectores políticos en Gran Bretaña?
LAROUCHE: Bueno, los mismos británicos lo han hecho muy claro. La organización BAE es una organización supranacional y es una potencia internacional que tiene algunas de las características de la propia Compañía de las Indias Orientales británica antes que Inglaterra misma fuera imperio por allá en 1763.
La monarquía británica representa esencialmente ciertos grupos financieros internacionales, más que el pueblo británico como tal. Hay ciertas fuerzas poderosas dentro de Inglaterra y Escocia misma que están jugando cierto papel, que han jugado un papel complementario a lo que yo estoy haciendo para hacerle llegar a la opinión pública, al público, la realidad de la situación y no los mitos respecto a este escándalo. No es un conflicto que tiene que ver con Gran Bretaña como una nación, o con el pueblo británico, o algo por el estilo. Este es un conflicto con ciertas fuerzas financieras internacionales muy poderosas con las cuales Ecuador está muy familiarizada por la manera en que Ecuador fue ultrajada en el pasado.
Esta gente incluye, por ejemplo, a George Shultz dentro de los Estados Unidos. George Shultz es un agente intercambiable británico y estadounidense. Hay gente así que son supranacionales, más que representantes nacionales.
Y eso es lo que es el enemigo.
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PILLAJO: Está claro. No se trata de un problema de un Gobierno o de un pueblo. Se trata de sectores, intereses financieros internacionales. Señor LaRouche, ¿Dick Cheney y George Bush son parte de esos intereses, y lo que usted señala —esa vinculación de estos sectores económicos— es lo que pone en evidencia este trabajo investigativo del Washington Post?
LAROUCHE: George Bush tiene una mente bastante débil. Y se le puede comparar al mono del organillero.
Desde principios del actual Gobierno de Bush en el 2001, Dick Cheney, el vicepresidente, ha sido el que ha dirigido verdaderamente el sistema presidencial estadounidense. Y si vemos el caso de Bush—se podría examinar a la familia de Bush— pero viendo a Bush personalmente nos da poca comprensión de la situación actual. Se tiene que ver al vicepresidente Cheney, que es el Presidente en funciones.
PILLAJO: Pero el hecho de haberse publicado estos cuestionamientos —no se si llamarlas denuncias— del Washington Post en torno al rol que cumplió Dick Cheney en momentos posteriores a los atentados del 11 de septiembre del 2001, ¿revelarían que Dick Cheney ya no es útil a estos intereses financieros especulativos internacionales, tal como se ha señalado, señor LaRouche?
LAROUCHE: No exactamente. No fue la serie del Washington Post lo que desató la situación actual. Lo que pasó fue lo siguiente: Yo tuve una videoconferencia internacional el jueves 21 de junio, justo antes del primer artículo del Washington Post que apareció el siguiente domingo. Ciertos círculos dirigentes en los Estados Unidos decidieron que yo tenía razón y, por tanto, se me iba a permitir tomar el liderato en los ataques en contra de Dick Cheney. La serie de los artículos del Washington Post, empezando el domingo pasado, fue un eco de esa decisión tomada por ciertos individuos después de mi videoconferencia del 21 de junio. Y yo cambié el enfoque de un mero escándalo en torno a la BAE, a la realidad de un verdadero golpe de estado en contra de la civilización misma.
Los británicos habían desenmascarado la BAE como un escándalo de corrupción como tal. Yo identifiqué lo que era la realidad superior detrás de esa corrupción. Ésa es la manera en que está funcionando la situación ahora. Es una guerra en proceso que se está librando, no es un evento, un acontecimiento específico, a lo que la gente está reaccionando. Es una pelea por la destrucción o la supervivencia de la civilización misma. Eso es lo que está en juego.
PILLAJO: Gracias por la precisión. Sí, el enfoque del Washington Post es posterior a la videoconferencia internacional, la última videoconferencia internacional, del señor Lyndon LaRouche el 21 de junio anterior. ¿Esto significa en todo caso, señor LaRouche, que sí habrá un juicio político contra Dick Cheney y George Bush, tal como han impulsado sectores políticos al interior del Congreso norteamericano.? ¿Habrá más sensibilidad de los sectores demócratas para impulsar este juicio político?
LAROUCHE: No hay que hablar de juicios políticos si queremos hablar con precisión. Hay que hablar de que hay que forzarlo a renunciar. Y este tipo de renuncia forzada, a veces toma la forma de una renuncia por parte de una persona porque teme lo que serían las consecuencias si no renuncia voluntariamente. Yo diría que a partir del 4 de julio, que es el Día de Independencia de los Estados Unidos, de esa fecha en adelante va a haber una campaña intensiva, fuerte, para pedir la renuncia de Dick Cheney de la vicepresidencia. Es posible que no funcione, pero yo creo que sí tendrá éxito. Y hay fuerzas muy poderosas que han acordado hacer eso. Y eso me hace bastante feliz, pero aún no satisfecho.
PILLAJO: ¿Por qué no satisfecho, con una posible renuncia del vicepresidente Cheney, si podría contribuir esto al cambio de las relaciones internacionales?
LAROUCHE: No. Eso nada más abriría la puerta. Luego uno tiene que pasar por la puerta y entrar a la sala que está disponible, ahora que se ha abierto la puerta.
Tomemos el caso de Ecuador, por ejemplo: ¿Cuál es la relación de Ecuador con todo este asunto? Sudamérica en general se está moviendo en la dirección ejemplificada por la propuesta para un nuevo sistema bancario. Y para ciertos países en Sudamérica, como Ecuador, Bolivia, y otros países, la esperanza de recuperarse de un período malo de sus vidas depende de nuevos arreglos internacionales, acuerdos que significarían que el llamado Banco del Sur pueda funcionar de la manera en que se espera que funcione.
La pelea es para regresar al sistema de Estados nacionales soberanos, no la globalización, y regresar el poder a los Gobiernos soberanos de los pueblos. Y usar eso como la base para lograr nuevas formas de cooperación internacional entre los Estados nacionales soberanos. Y esa batalla se tiene que librar. Deshacernos de Dick Cheney va a abrir la puerta en esa dirección.
PILLAJO: Okay, señor LaRouche. Me permito transmitirle una pregunta del señor prefecto de Carchi, el general René Yandún. Carchi es una de las provincias del Norte del Ecuador.
La pregunta es la siguiente: ¿De dónde sale el financiamiento para llevar a cabo todas las guerras que lleva a cabo Estados Unidos. Y los atentados del 11 de septiembre, ¿quién estaría detrás de ellos, quién los habría financiado?
LAROUCHE: El 11 de septiembre es un tema muy delicado y voy ejercer mucha cautela en responder a esa pregunta. Nosotros sabemos, y sabíamos, desde antes que ocurriera, como yo advertí el 3 de enero del 2001, que se estaría tramando un golpe dentro de los Estados Unidos, modelado en el precedente de lo que Hermann Goering hizo con Hitler, con el fuego del Parlamento alemán, el Reichstag, en 1933. A través de los años, hemos sabido que éste es el caso: éste era un golpe. Estábamos tratando de definir con precisión cuáles eran los intereses financieros que habían financiado lo que se llegó a conocer como el "11/S". Para llevar a cabo una operación como la del 11/S se requieren muchos, muchos, miles de millones de dólares. ¿Y quién dispone de miles de millones de dólares, fuera del control de cualquier Gobierno? Ahora, el dedo de la sospecha —y es sólo sospecha— señala a la BAE, como algo fuera del poder de los gobiernos, que sí tenía el poder y la capacidad para hacer lo que representa el 11/S.
Ésa es la situación en la que estamos aún, ahora mismo. Y ése es el verdadero tema con respecto a Cheney.
PILLAJO: Sí, se ha calificado al vicepresidente Cheney como el Hermann Goering del Gobierno de Bush, es decir, que ha fraguado una serie de pasos con el objetivo de establecer una dictadura en tiempos de guerra. ¿Es correcto eso, señor LaRouche?
LAROUCHE: Lo que podríamos decir con precisión es que Dick Cheney es, esencialmente, un agente británico, al igual que su esposa. Y su esposa tiene una relación más cercana a los círculos británicos de Blair y otros, que el propio Dick Cheney, y éstos son el centro del poder representado por las otras fuerzas detrás del 11/S, detrás de la BAE. Es decir, está cumpliendo una función que es una imitación de lo que hizo Hermann Goering, pero no tiene la posición de poder independiente que tenía Hermann Goering en ese otro caso. Y, por supuesto, el 11/S es una operación mucho más grande que la quema del Reichstag, que hizo de Hitler el dictador de Alemania. Esto casi fue "la guerra contra el mundo".
PILLAJO: Okay. Estamos dialogando en la ciudad de Washington con el ex candidato presidencial Lyndon LaRouche, y la traducción simultánea la realiza el señor Dennis Small, asesor en Asuntos Latinoamericanos del señor Lyndon LaRouche. señor LaRouche, usted menciona la necesidad de impulsar un cambio en las relaciones interncionales. ¿Cuáles serían esas nuevas relaciones en el contexto regional en Sudamérica, por ejemplo?
En su última videoconferencia usted destacó el rol cumplido por el ex presidente mexicano López Portillo, y usted lo calificó como un "héroe" nacional a López Portillo; un nacionalista convencido, un presidente que nacionalizó su banca, que tomó varias medidas que han sido calificadas —por decir lo menos— como desacertadas por sectores políticos mexicanos e internacionales, que incluso califican el fracaso de ese tipo de modelo en Latinoamérica. ¿Cuál debe ser entonces ese nuevo modelo, esas nuevas relaciones que se impongan en América Latina en países como el Ecuador, por ejemplo, señor LaRouche?
LAROUCHE: Muy bien. Estábamos en una pelea. Había dos peleas en Centro y Sudamérica durante los 70s y principios de los 80s. Había habido un golpe en Argentina. Ocurrió el golpe de Pinochet en Chile. Hubo asesinatos en gran escala en todo el Cono Sur; conmoción en la mayoría de los Gobiernos de Sudamérica. Y luego, hubo la Guerra de las Malvinas, que fue lanzada por las mismas fuerzas que están detrás de la crisis de la BAE hoy día.
Yo me metí en medio de ese asunto. Y, por tanto, durante ese período, sobre el tema de las Malvinas, me reuní con el presidente mexicano José López Portillo. Y él me preguntó qué planeaba EU hacerle a México. Yo le respondí: "Ellos se proponen tumbar su Gobierno para septiembre". Y López Portillo actuó como un héroe. Y mucha de la gente que difunde calumnias en contra de él desde entonces, eran los cobardes que capitularon ante las fuerzas detrás del golpe. Muchas de estas personas no son— son simplemente tontos. Están repitiendo chismes y cosas por el estilo.
PILLAJO: Okay. Ese modelo entonces aplicado por el ex presidente mexicano, ¿es viable, es dable, en países como el Ecuador? ¿Hablar de la nacionalización de la banca en países como el Ecuador es una medida positiva, correcta?
LAROUCHE: Yo diría que si se examina el precedente establecido por el presidente de Argentina, la afirmación de la soberanía de una nación respecto a su sistema bancario: Mi esperanza es que el Banco del Sur funcione como un vehículo utilizado en común por los Estados nacionales soberanos de Sudamérica para, número uno, mantener su soberanía; pero como un vehículo necesario del tipo que yo especifiqué allá en agosto de 1982. Es el intercambio de crédito a largo plazo entre las naciones para proyectos de interés común. Para lograr esto se requiere un sistema de tipos de cambio fijos entre las naciones.
Prácticamente, la reconstrucción de Ecuador del ultraje llevado a cabo por George Shultz y Cía. requiere eso. El éxito del intento del Gobierno boliviano de estabilizarse, depende de algo parecido a eso. La reconstrucción de Perú depende de algo como eso: grandes obras de transporte son necesarias; sistemas de gerencia de agua, sisstemas de energía en general. Éstos tienen que ser temas de cooperación internacional en el desarrollo de la infraestructura. Y tienen que llevarlo a cabo Estados nacionales soberanos. Esas naciones requieren una institución común de crédito para poder administrar este conjunto de relaciones.
Yo creo que esto funcionaría ahora, con tal y que logremos el cambio necesario en el sistema del Fondo Monetario Internacional. Y en ese caso el Banco del Sur podría funcionar como el componente sudamericano de un nuevo sistema financiero y monetario internacional, para reemplazar el actualmente insolvente sistema del FMI y el Banco Mundial.
PILLAJO: El Banco Sudamericano, la moneda sudamericana que ha sido propuesta por Gobiernos como el de Ecuador, ¿sería una alternativa frente al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional? Pero más aún, la forma de precautelar los intereses de países como el Ecuador frente a un posible colapso del sistema especulativo financiero mundial. ¿Es correcta esta apreciación, señor LaRouche?
LAROUCHE: En cierto sentido, sólo que el problema es un tanto peor que eso: el mundo no está en una crisis financiera nada más, está en una crisis de desintegración general. El crédito internacional hoy en día se asemeja a la situación de Alemania en 1923. Lo que se requiere es utilizar el precedente del Presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt en 1933, para establecer tratados entre Estados nacionales soberanos para reorganizar el sistema financiero internacional que está en quiebra.
El mundo tiene que ser dirigido no por instituciones supranacionales sino por Gobiernos soberanos. En general, yo hablo de acuerdos de mínimamente 50 años entre Estados soberanos para llevar a acabo este tipo de cambios, para unificar a los Estados nacionales en este tipo de arreglo, para tratar de unificar al mundo de Estados nacionales soberanos en torno a propósticos comunes, para salir del actual lío. El centro de esto serían proyectos de infraestructura económica tecnológicamente muy avanzados, y el sector privado sería alentado por estas grandes obras de infraestructura dentro de y entre las naciones.
Es decir, regresar a la idea de Franklin Delano Roosevelt de cómo hay que administrar el mundo: nada de colonias, nada de imperios: sólo gobiernos soberanos. Cooperación entre soberanos. Y el Banco del Sur es un paso para esta región del mundo que yo considero muy valiosa.
PILLAJO: Usted habla de la necesidad de impulsar Gobiernos soberanos. No obstante, pese a los pronunciamientos que en este sentido ha hecho el Gobierno de Rafael Correa, hablar del Banco del Sur, la moneda latinoamericana, hablar de que en el 2009 las fuerzas militares estadounidenses que están en nuestro territorio en la base de Manta tendrán que salir. Más allá de estos pronunciamientos, nos vemos obligados a buscar acuerdos, buscar que se nos extiendan las preferencias arancelarias andinas para países como el Ecuador. Parece que más allá de los discursos es difícil avanzar en un auténtico proceso de independencia y soberanía, señor LaRouche.
LAROUCHE: Mi punto de vista es el siguiente: que si logramos que cuatro naciones —Estados Unidos, Rusia, China e India—, si ellos patrocinan una reorganización del sistema financiero internacional basado en la idea de Estados nacionales soberanos, en esas condiciones existe hoy en día una revuelta dentro de los militares profesionales de los Estados Unidos en contra de la guerra que están librando Cheney y sus amigos. Existe hoy en día una revuelta creciente respecto a la guerra del Sudoeste asiático y otras regiones, de las fuerzas armadas y de instituciones políticas relacionadas a ellas dentro los Estados Unidos.
El tipo de control imperialista de países en Sudamérica como la que usted ha descrito, es un reflejo de la misma política del Gobierno de Blair de Gran Bretaña, que acaba de salir pero que es lo mismo lo que quedó. Es lo mismo que representa, Cheney y sus amigos dentro de los Estados Unidos y, también, la BAE.
Es importante reconocer que la BAE representa, al final de cuentas, billones de dólares de poder financiero independiente. Los 60 a 80 mil millones de dólares en manos de intereses financieros privados que fue tomado de la BAE, se ha multiplicado en los mercados petroleros internacionales a billones de dólares. Y esta potencia financiera en estos momentos está fuera del control de los gobiernos. Y cada Gobierno, incluido el Gobierno de los Estados Unidos, es prisionero de este tipo de organización supranacional.
Si Rusia, China e India se unieran a los Estados Unidos para decir "vamos a desmantelar este tipo de sistema", ese sistema se acabaría. Sería un acto de voluntad para desmantelar el actual sistema de poder que existe. El mundo podría regresar a una situación de Estados nacionales soberanos y no la actual situación de globalización y colonialismo. Y dado que todo el sistema financiero mundial del planeta está en quiebra de todas maneras, no sería tan difícil lograrlo.
PILLAJO: señor LaRouche, tengo dos preguntas finales para usted. La una es de un amigo oyente que le pregunta si hay una política del Gobierno de los Estados Unidos para destruir a países y sus fuerzas armadas iberoamericanas, tal y como usted denuncia en uno de sus libros. Y si conoce si hay ecuatorianos que se han sumado a este tipo de políticas. Le pregunta el ingeniero Hernán Gavela, señor LaRouche.
LAROUCHE: Para entender eso, no hay que mirar a los Estados Unidos como tal. Miren a las fuerzas centradas en el Imperio Británico, no dentro de los Estados Unidos. Luego, vean la situación de gente como Cheney y su jefe George Shultz, que son activos británicos dentro de los Estados Unidos. Luego, examinen a la BAE de manera muy minuciosa tal y como lo hemos desenmascarado nosotros. La BAE es un Gobierno fuera de los gobiernos. Es un eco de la Compañía de las Indias Orientales británica de 1763 que, como ente privado, controlaba al Imperio Británico.
Mi labor es tratar de liberar a mi nación de la esclavitud ante esas fuerzas internacionales. Así es que todos somos esclavos y hay que tener una revuelta de los esclavos y regresar al sistema de los Estados nacionales soberanos.
PILLAJO: Okay, señor LaRouche. Usted cuestiona y defiende, dice, frente a esta hegemonía del Imperio británico anglo-holandés. Estados Unidos, ha asegurado usted, debe nacer como un referente de desarrollo, lejos de estas hegemonías británico-holandesas. No obstante, hay quienes, recordando el pensamiento de Simón Bolívar, dicen que los Estados Unidos ha sido predestinado por la historia para plagar de males en América Latina. Eso lo dijo Simón Bolívar justamente en su tiempo histórico en cual, pues, estaba aún vigente el legado de Washington de la naciente república norteamericana. ¿Qué opina usted sobre este pensamiento?
LAROUCHE: Bolívar se equivocó, como él mismo admitió en la última fase de su vida, en particular en la fase colombiana de su labor. Él reconoció que el movimiento bolivariano habia sido conducido erróneamente por actividades de la Oficina de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña. Y solamente fue a mediados del siglo 19, cuando se derrotó el intento británico de establecer Estados esclavistas confederados en los Estados Unidos, cuando los Estados Unidos expulsó al títere británico del poder en México y regresó el Gobierno soberano a México, que el desarrollo de las naciones de Sudamérica y Centroamérica en la dirección seánalada por los amigos de Abraham Lincoln, sólo así se volvió posible. El mito de que los Estados Unidos intrínsicamente es el gran enemigo de las naciones sudamericanas, es una mentira británica. Y Bolívar, en la última fase de su vida, reconoció que había cometido un error al respecto y denunció el control que había ejercido la cancillería británica sobre su propio movimiento.
PILLAJO: Okay, muchísimas gracias. Agradecemos al señor Lyndon LaRouche, ex candidato presidencial de los Estados Unidos, las declaraciones brindadas a este medio informativo, y al señor Dennis Small, por la traducción simultánea de las valiosas declaraciones del señor LaRouche.
Señor LaRouche, muchísimas gracias por su tiempo y muy buenos días.
LAROUCHE: Muchas gracias.
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